martes, 22 de enero de 2013

COMENTARIO DE CARLOS III EN TRAJE DE CAZADOR:

Fue realizado entre 1787-1788. Se trata de un óleo sobre lienzo.

Retrato del rey Carlos III  hijo de Felipe V y de Isabel de Farnesio, poco antes de su muerte, ocurrida en Madrid el 14 de diciembre de 1788. La composición sitúa al monarca vestido de cazador, luciendo las bandas de la orden de Carlos III, de San Jenaro y del Santo Espíritu, así como el Toisón de Oro, en las tierras de caza de los reyes, bien en los alrededores de El Escorial o entre El palacio del Pardo y la sierra madrileña. Acompañado de un perro, que duerme plácidamente a sus pies. Sigue la tipología de los retratos de Velázquez del rey Felipe IV cazador, de su hermano el infante don Fernando y de su hijo, el príncipe Baltasar Carlos. Aunque no se tienen noticias del encargo ni de su destino. Existen muchas controversias alrededor de los cinco retratos de Carlos III vestido de cazador que se conservan. Los diferentes especialistas no se ponen de acuerdo en concretar cuales son auténticos y cuales son copias. Parece bastante seguro que el pintor siguió o grabados u obras de otros artistas para realizar el retrato ya que no existe constancia documental de que Carlos III posara para Goya. En alguna ocasión coincidieron pero nunca en el estudio.El monarca se presenta al aire libre, en un paisaje muy similar al de los cartones para tapiz aunque existan ciertos ecos velazqueños. Viste larga casaca parda, gorguera blanca de encaje y chupa amarilla ajustada con cinturón. Las bandas de las Ordenes de Carlos III y del Toisón de Oro cruzan su regio pecho. El curtido rostro es el centro de atención de la figura, ofreciéndonos una expresión de bondad e inteligencia que le sitúan muy cerca del espectador, como si no fuera el monarca. La enorme afición a la caza del rey - pensaba que con los largos paseos y el sol evitaría la locura que había afectado a su padrehermano - motiva que sea ésta la actitud elegida para presentarse ante nosotros. La precisión de Goya a la hora de ejecutar los bordados y las calidades de las telas demuestran su facilidad para triunfar como retratista en la corte. primero, antes de su llegada al Museo en 1847, procedente de la colección real. 
MARÍA BALLESTEROS FLORES
 

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